Desde el Sanatorio de niños de la ciudad de Rosario, José Luis Zaurín le había dicho al medio El Trébol Digital que “Agustín se debate entre la vida y la muerte. El parte del jueves fue bastante malo y puede hacer un aneurisma cerebral si no se le baja la inflamación cerebral. Para eso necesita drogas que le bajan y le suben la presión arterial. Pero a la tarde estuvo estable y recuperó el ritmo cardíaco”.
El jueves Agustín contaba con un 60{ca0b77aa3383587d2beebc81e79a97152585c6d1c87896656f76af2e3a973266} del cerebro en actividad “pero la otra parte no está muerta. Mi hijo no tiene muerte cerebral” decía José Luis el jueves por la tarde.
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Sin embargo la mañana del viernes llegó con la peor noticia.
Los médicos le notificaron a los padres que Agustín finalmente ya tiene muerte cerebral. El joven no se pudo recuperar de la gravedad de la lesión por el disparo.
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