Una pareja y sus dos hijos fueron rescatados este martes luego de que se denunciara que eran víctimas de trata laboral en un campo cercano a El Arañado. El procedimiento fue ordenado por el Juzgado Federal de San Francisco.
Según la información publicada difundida por los abogados de la familia, estas personas eran explotadas laboralmente ya que vivían en condiciones precarias y percibían un sueldo mensual de 23.000 pesos (en total), de los cuales el patrón le descontaba lo que consumían de alimentos.
La información que facilitó la abogada Milena Tomasetti consigna lo siguiente:
Este martes 29 de junio se llevó a cabo un allanamiento en un campo ubicado a cinco kilómetros de El Arañado, en el marco de una investigación por trata de personas. La medida fue ordenada por el Juzgado Federal de San Francisco.
La trata de personas es un delito internacional de lesa humanidad que viola los derechos humanos de las personas con propósitos de esclavitud laboral, metal, reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos o cualquier otra forma moderna de esclavitud contra la voluntad y el bienestar del ser humano.
La causa se inició tras la denuncia de la víctima junto a sus abogados: la Dra Milena Tomasetti y el Dr Alejandro Alcantaro; en contra de los propietarios del campo: Marta Romero y sus hijos Manuel y Brenda Clara.
Según lo expresado por la víctima, un hombre oriundo de San Genaro (Santa Fe) quien junto a su esposa y sus pequeños hijos: una nena de 6 años y un bebé de 20 meses; se encontraban trabajando desde marzo en ese campo, viviendo en una casa “en pésimas condiciones de higiene y seguridad”, sin agua potable, con una instalación eléctrica precaria, sin luz en el baño ni habitación, “y no se encontraba en condiciones habitacionales”, indicó el trabajador.
Además, sobre el baño, dijo que se trataba de una letrina destruida que estaba afuera de la vivienda.
La familia recibía por su trabajo, 23.000 pesos mensuales, de los cuales se les descontaban los alimentos que los patrones les traían una vez por semana de Las Varillas, ciudad en la que viven. “El empleador era quien llevaba alimentos y agua potable en bidones, descontándole del sueldo lo gastado, sin mostrar ningún ticket que acredite el gasto”, explicó la abogada del trabajador.
Además, denunciaron que los dos portones de ingreso al campo permanecían cerrados con candado y la familia no contaba con las llaves de los mismos, debiendo permanecer en el campo, sin posibilidades de salir, viendo coartada su libertad.
Fue en mayo que el trabajador sufrió un accidente laboral, cortándose tres dedos de una mano con una máquina desmalezadora. Ante esta situación, el hombre solicitó al empleador que le abonara los traslados hasta Las Varillas para poder operarse y continuar con sus curaciones, lo que le habría sido negado por los propietarios del campo.
Al generarse este conflicto, el empleador deja de llevarles la comida y agua, quedando la familia sin posibilidades de acceder a los alimentos ya que no tienen en qué trasladarse hasta el pueblo ni cuentan con dinero para poder comprar.
En cada oportunidad que el hombre pudo ir hasta el Centro de Salud, en remis, traía a su regreso agua en bidones que llenaba en ese lugar. Para ducharse, debían calentar el agua en tachos que ponían al fuego, luego llenaban un balde que hacía las veces de lluvia.
Desde mayo hasta ahora, la familia fue asistida por los vecinos que organizaron una campaña solidaria para conseguirles alimentos y ropa de abrigo.
Tras el allanamiento realizado este martes, se rescató a la familia de ese lugar y fue trasladada a un alojamiento de la ciudad de Córdoba, de manera momentánea hasta definir su situación.
Fuente La voz de San Justo.