Su familia se mudará en breve a su casa en un barrio de la localidad de Sastre en el que hubo denuncias por la utilización de agrotóxicos.
“Lo que más necesito y les pido a gritos es que por favor amplíen la distancia de resguardo porque no puedo tener a la nena encerrada o con barbijo para que salga al patio”, disparó Sonia, y se dispuso a repasar el drama que afectó a su familia en los últimos 12 meses y que hoy se profundiza porque no obtiene respuesta por parte del Estado.
Con un semblante sereno, que mantuvo durante toda la entrevista, relató que su hija Zoe, que este 19 octubre cumplirá dos años, está transitando las etapas finales de un tratamiento de quimioterapia que comenzó hace un año para curarse de una enfermedad llamada linfoma linfoblástico de células T precursoras y por recomendación médica debe permanecer alejada de fuentes de contaminación ambiental. Ahora la niña debe volver a vivir junto a su familia a una vivienda ubicada en los límites de la zona urbana donde, si no se restringen las fumigaciones agrarias, su recuperación podría verse afectada.
Cuando Sonia quedó embarazada vivía en una casa construida en la zona sur de Sastre, en un barrio nuevo cuyos lotes se encuentran muy próximos a los campos que son sembrados y fumigados durante todo el año. Luego se mudó junto a Pablo, el papá de Zoe, a una casa alquilada más alejada de la zona rural, pero que en breve deberán dejar por pedido del propietario.
Volver a casa
“Cuando le comenté al médico que teníamos que volver a nuestra casa, a dos cuadras de donde fumigan, me dijo que no era recomendable, pero que de todas formas lo consulte con el infectólogo que atiende a la nena”, dijo Sonia, y agregó que “el especialista me dijo que Zoe no puede estar expuesta a semejante fuente de contaminación”.
“Sabemos que todo está contaminado, pero al nivel que está expuesta nuestra vivienda sería un retroceso para la salud de mi hija y eso es lo que más nos preocupa”, subrayó.
Sin opción
“No tengo más opción que volver a mi casa, pero sabemos que las fumigaciones son un factor que afecta a la salud de Zoe. Por eso fui en mayo, cuando terminó el tratamiento endovenoso de Zoe, a la Municipalidad. Me dijeron que la intendenta me iba a llamar, pero nunca lo hizo. La terminé llamando yo para pedirle que de algún modo disponga que se aleje esa actividad de la casa que debemos habitar”, contó. “Sin embargo la única respuesta fue que no estaba a su alcance ayudarme y que el asunto de las fumigaciones estaba en manos de la Justicia”, agregó Sonia. “Quise hablar con ella pensando que por su condición de madre y abuela se le iba a ablandar el corazón por un bebé, pero evidentemente no le interesa”, lamentó.
“No me entra en la cabeza que no se detengan a pensar que lo mismo le puede pasar a un familiar. Nadie está exento. No tienen una máscara que los defienda de la contaminación”, abundó la mujer.
Sonia, que hoy está desempleada, aclaró: “No estoy en contra de que se fumigue, pero si de cómo lo hacen. Sé que de algún modo tienen que matar los bichos, pero que lo hagan lejos de la gente”.
Actualmente en Sastre el Ejecutivo vetó varios artículos de una ordenanza que tramitó en el Concejo desde marzo y que disponía nuevos límites para la aplicación de agroquímicos en los campos linderos a la ciudad. Por esa razón, y hasta que el Concejo revea los artículos observados, no hay una normativa clara que regule el uso y la aplicación de agroquímicos con el consiguiente desamparo para la población expuesta.
En el barrio al que pronto se mudará Zoe y su familia hay denuncias realizadas por vecinos por fumigaciones ilegales y alta circulación de maquinaria de aspersión de agrotóxicos.
Movida solidaria
Cuando Zoe fue diagnosticada con cáncer hubo una enorme movida solidaria denominada “Todos por Zoe” en la que llegaron a participar personalidades del tenis como Guillermo Coria y Renzo Olivo; de la música como Axel o los planteles de primera división de Boca Juniors y River Plate, entre otros.
Luego, Ainalen Viñuela, la vecina que denunció las fumigaciones irregulares en el barrio fue contundente: “«Todos por Zoe» también significa que, además de conseguir un buen tratamiento, tenga la garantía de poder jugar en el patio de su casa sin que la fumiguen”.
Hoy Sonia reflexiona: “Tanto yo como el resto de la familia queremos que Zoe se recupere al ciento por ciento y pueda estar libre de contaminación. Pero también anhelamos que no haya más casos como el de ella. No queremos más Zoe en la ciudad. Que ninguna familia tenga que volver a pasar por una situación como la que nos toca a nosotros. El tratamiento de Zoe es una crueldad”.